Páginas

lunes, 27 de diciembre de 2010

Off the record en Millennium


Esta semana he reparado en que el autor de Los Hombres que no amaban a las mujeres, Stieg Larsson, tenía una obsesión por el off the record. Seguramente esta frase lo acompañó muy seguido durante toda su carrera periodística, tal y como lo narra Álvaro Cepeda Neri en el artículo Una prebiografía de Stieg Larsson”.

Fue una mala interpretación del off the record lo que llevo a la cárcel a Mikael Blomkvist, acusado de difamación. Al no poder probar todo lo que una fuente “anónima” le había informado.

Y es el off the record lo que tanto obsesiona a Cecilia Vanger a toda hora que se toca el tema de la desaparición de Harriet Vanger.

Pero para resolver el significado de este término debemos citar a Santiago Pita Romero, en un artículo altamente recomendable y completo titulado El secreto profesional y el off the record”.

Comencemos por el más simple, el llamado off the record (cuya traducción literal sería fuera de la grabación o, mejor, para no publicar). ¿De qué se trata? Es un pacto, explícito o implícito entre la fuente informativa (se trate o no de un funcionario) y el periodista por el cual éste se compromete a: 1) no publicar esa información, o 2) si así se acordase, a publicarla sin revelar la fuente.

Esto, para que no vuelva a ocurrir confusiones que puedan tener consecuencias penales, como la que se cita en esta oportunidad. Mikael Blomkvist se encuentra con un viejo conocido de la universidad, Robert Lindberg, y después de compartir unas copas de licor, éste decide confiarle una bomba periodística, para que Blomkvist pueda usarlo en un artículo de destape en su revista Millennium.

—Ahora es cuando la historia se pone interesante —dijo Lindberg y, de repente, pareció asombrosamente sobrio—. Ya que eres periodista, que conste que esto es off the record.

— ¡Joder, no puedes estar contándome cosas para luego decirme que no me dejas utilizarla!

—Claro que sí. Lo que te he explicado hasta ahora es de conocimiento público. Busca el informe y échale un vistazo si te parece. El resto de la historia, lo que no te he contado todavía, publícalo si quiere, pero tienes que tratarme como una fuente anónima.

—Vale, pero según la terminología general off the record significa que me han revelado confidencialmente algo sobre lo que no puedo escribir nada.

—A la mierda con la terminología. Escribe lo que quieras, pero yo soy una fuente anónima. ¿De acuerdo?

—Vale —contestó Mikael.

Naturalmente, a la luz de los acontecimientos posteriores su respuesta constituía un error.

Los hombres que no amaban a las mujeres

Stieg Larsson,

Planeta, pág. 37 (2005).

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...