Páginas

miércoles, 29 de junio de 2011

La noche abundante

Por: Daniel Bedoya.

Luego de varios intentos de rastreo frustrado, al fin llegó a mis manos La noche abundante de Melissa Allemant (Lima, 1981). En este poemario encontré una voz poética que, presumo, sigue su propia búsqueda, una voz que dice: “Me sumerjo en lo hondo/ en el suave musgo/ que duerme/ sin rituales”, para luego manifestar: “Mis ojos/ no pueden ver la barca/ pero sí la negra silueta/ del pescador/ anunciada por el sonido/ de su hoja de coca”.

Pues bien, en algunas ocasiones he escuchado decir que la poesía atraviesa etapas muchas veces marcadas por una moda, sin embargo, La noche abundante rebosa de seres propios de la naturaleza, de una sensualidad que se mezcla con paisajes que evocan un pasado histórico, con recuerdos de la infancia y adolescencia que le dan un matiz singular y profundo, íntimo, además de mantener un ritmo claro y fluido -punto a favor-, desligándose de la moda.

Confieso que nunca antes había leído algo de Allemant, quizá por un tipo de prejuicio por la poesía de algunos jóvenes creadores a los que suelo llamar “poetas malditos del siglo XXI”, movidos por una especie de moda anacrónica, pero indudablemente este no es el caso.

En La noche abundante, libro compuesto por 23 poemas, lo ausente retorna (Este lápiz/ tiene el poder/ de traer a mi memoria/ una casa/ que ya no existe), confunde (Yo/ como junco asustado/ golpeo con fuerza/ mis entrañas), tal como sucede en "Museo Interno", y rápidamente la imagen se aferra a uno.

Pero su voz también no es sólo interiorización sino que se dirige a alguien y dice “Hija de la calle/ aquí/ está prohibido/ quitar tus pies del charco/ o hacer los caminos/ que te acerquen a las gentes” en "Instrucciones". Por ello, con este poemario puedo distinguir el recorrido que se hace para alcanzar una voz propia. De aquí en adelante estaré atento a lo que haga esta poeta que promete.

Título: La noche abundante.
Autora: Melissa Allemant.
Editorial: Lustra editores.
Género: Poesía.


martes, 7 de junio de 2011

La importancia de llamarse Ernesto


Hace mucho que no disfrutaba de historias sencillas y a la vez tan enriquecedoras como La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde. Una historia llena de enredos entretenidos que revela con ironía las absurdas composturas de la era victoriana.

El título original de la obra es The importance of being earnest y es que solo a un genio como Wilde pudo habérsele ocurrido jugar con los significados de earnest (‘formal’ en inglés) con su homófono Ernest (Ernesto).

El autor nos muestra, a lo largo de tres actos, cómo la alta sociedad londinense recurre a artimañas para escapar de las asfixiantes formalidades aristocráticas. Dos mejores amigos comparten, sin saberlo, el secreto de fingir tener un conocido en otra localidad para escapar de sus responsabilidades. A esta práctica la llaman “bunburyzar”.

En el 2002, Colin Firth, Reese Witherspoon y Rupert Everett protagonizan la última versión en el cine de este libro. (Acá te dejo el video en Youtube que ya tiene activado la reproducción automática, como para que no te muevas de tu asiento).


Pero no sería lo único. La vida de Oscar Wilde es una obra de arte por sí misma, es por es ello que él también inspiro una película que llevaría su nombre en 1997.

Si tienes unas horas y quieres disfrutarlas con algo de calidad, entonces Lee a Oscar Wilde. No te arrepentirás. :)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...