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lunes, 21 de mayo de 2018

Música que te lleva a Las Estrellas (el trece)

Quienes me conocen saben que amo las novelas. Estoy certificada en melodramas mexicanos, argentinos, algo de Colombia y una chilena. Las amo. Crecí con la televisión prendida. De esa generación que hacía su tarea mientras veía María la del barrio en las mañanas. Luego, cuando la televisión por cable se democratizó, me volví adicta a Rubi, A mil por hora y Amor Real. Luego descubrí Youtube, y volví a ver Erreway, Rebelde, conocí a Casi Ángeles y se marcó un precedente en mi vid: mi obsesión por Lali Esposito; pero esa es otra historia.

Si empecé estás líneas es porque quería hablar de la última novela que he visto. En enero o febrero de este año terminé de ver Las Estrellas por la web de eltrece. Me la habían recomendado con insistencia por su historia de mujeres, pero lo que más me llamaba la atención era el reparto conformado por muchas actrices que yo había visto en novelas juveniles como Verano del 68 y demás. Finalmente, conforme pasaban los capítulos, me dejé envolver por su historia y renegar por la histeria de sus protagonistas. Pero este post no está dedicado para hablar de su trama que al alargarse perdió consistencia, sino por lo más mejor que me aportó sus episodios: la música. 

Si en algo vale la pena seguir a los argentinos es por su buen gusto en escoger sus soundtracks. Lo mismo me pasó con el unitario El Puntero, también de Argentina, pero ya habrá más tiempo de hablar de esa genial miniserie. (En serio, mírala acá).

Pero vallamos al grano, a continuación la lista de interpretes que más gusto me dio conocer y que son mi nueva obsesión de este año. Todas me encantan, no hay un orden específico. 

1. En el último trago: Chavela Vargas
Bueno, a Chavela ya la conocía, pero a esta canción no. La canta una de las protagonistas, pero en la voz honesta de Chavela suena mil veces mejor. 
Lo que más me gusta: su letra. No tiene melodías nuevas ni innovadoras, pero la letra te llega profundamente. 
"Esta noche no voy a rogarte. Esta noche te vas de a veras".
Escúchala aquí:



2. Revolución: Debi Nova
Con ella se inicia una lista de cantantes femeninas que le cantan a algo más que al amor. Cuentan una historia. Se reivindican. Motivan. Esta canción sobresale por que su estilo es diferente, nuevo. Sin embargo, el último disco de Debi Nova es aun mejor (Gran Ciudad, 2017). Escúchalo aquí, en especial la canción que da inicio Club, Gran ciudad, El amor lo quita todo, y todas en general.

Te dejo la canción que aparece en la novela a continuación: 


3. Caníbal: iLe
Ella está el tercer lugar porque no me gusta montar jerarquías y prefiero respetar el orden de apariciones en la novela. Pero sí fuera justa, ella estaría en el primer lugar de todos. Es una de las únicas cuyo disco me obsesionó (y obsesiona) por jornadas completas. 
En primer lugar, debemos decir que iLe es nada más y nada menos que la hermana menor de Residente de Calle 13 y la voz femenina de dicho grupo. Pero cuando la descubrí en esta novela fue cuando brilló más que cantando los coros de No hay nadie como tú.
Su disco iLevitable que sí o sí debes escuchar aquí, tiene 13 canciones completamente diferentes una de otra. Diferentes en melodía, en historia, en género, en esencia. Cada una fue una inspiración a lo que es contar con originalidad. Su voz es una rareza muy real y propia, donde se siente su verdad en cada palabra. ¿Mi favorita? TODAS. En serio, escúchenla. Mientras, las dejo con la canción que más me llamó en la novela: 

 

4. Estrellas estrelladas: Erica García
Hasta aquí, lo que me presentaba Las Estrellas eran cantantes que no conocía, pero con las que ya simpatizaba en estilo musical. Sin embargo, descubrir a Erica García fue pasar mis propios límites. Soy una mujer clasica con gustos muy seguros y generales, pero Erica derribó eso con un soplido punk. ¡Y fue una trampa! Porque esta canción no aparenta ser lo que en el fondo oculta esta mujer. 
Los invito a escuchar su disco Amorama del 2017. Pueden encontrarlo en spotify aquí. Todas fueron un grito, el grito que en su momento necesitaba. Me encantan: Positiva, Ya no me importa nada y Yo no tengo la culpa. Bueno en realidad, son las que más canté y recuerdo. Pero todas son muy buenas. No encontré el video de la canción de Estrellas estrelladas, pero puedes encontrarla en Spotify aquí.
Mientras los dejo con una canción muy personal: 

 

Aquí acaba mi lista de cantantes a quienes me fue muy grato descubrir gracias a esta novela. Lo más es más de lo de siempre. Románticas y románticos que le cantan al amor y desamor. Me llama la atención no haber encontrado hombres que canten algo diferente. Debe ser por la visión de los propios directores de la novela, no piensen mal 😛

En la serie El Puntero se reivindican, no se preocupen. Ojalá me alcance el tiempo para hacer una nota al respecto. 

Mientras tanto, me despido. Hasta la próxima.  

domingo, 6 de mayo de 2018

5 MOMENTOS EN LOS QUE LEONORA ME ENSEÑÓ SOBRE LA VIDA

Leonora (Elena Poniatowska, 2011) ha sido la experiencia gráfica más viva que he podido experimentar gracias a la lectura de un libro. Su narración fue un viaje a borde de intermitentes pinceladas que dibujan el gran cuadro que fue su vida. Una vida que podría considerarse un manual completo de desobediencia. Desobediencia que proviene de una convicción personal muy férrea. 

Leer a Leonora ha sido muy inspirador, por eso espero que la siguiente lista de momentos me ayude a alargar un poco en la memoria todo lo que ella me ha enseñado sobre la vida. 


1. Empezó a estudiar arte a los 19 años: a pesar de que nació dentro de una familia acomodada, ella buscó su independencia y realización por sus propios medios. Mientras sus padres la querían como una chica de sociedad, ella se veía a sí misma como un ser único, quién debía seguir su propio camino y hacer su propia historia.

2. Se enamoró sin ataduras: con tan solo 20 años se enamoró del pintor Max Ernst, quién le duplicaba la edad y estaba casado. No es una oda al libertinaje y al adulterio, sino al amor sin límites que no conoce de convencionalismo ni de ataduras y que es capaz de conducirte por el crecimiento personal y profesional. De hecho, lo amó tanto que cuando la SS arrestó a Max por su origen judío, su dolor la llevó a tener problemas psiquiátricos que terminaron por conducirla a un manicomio en la España franquista. 

3. Se puso en primer lugar de sus prioridades: luego de ser dada de alta del hospital psiquiátrico y huyendo de su familia, decide irse a New York y luego a México con el periodista Renato Leduc, y junto a otros artistas progresistas que escapaban del Fascismo. En New York se reencuentra con Max, quien le pide que se quede con él y retomen su romance. Y a pesar de ella lo seguía amando, ella se escogió a sí misma y a su propia tranquilidad. De esta forma parte a México casada con Renato.
4. Supo ganarse la vida: Ya en México se divorcia y se vuelve a enamorar de un fotógrafo europeo, a quien la guerra también golpeó cruelmente y con quien sienten una empatía recíproca. Con él tienen dos hijos, y a pesar de la pobreza de ambos, Leonora sabía que debía sacar adelante a su familia con lo que sabía hacer: pintar. 

5. Fue fiel a sí misma: y por último, si hay algo nos deja Leonora es que debemos vivir bajo nuestras propias reglas. En donde te encuentras, estés haciendo lo que estés haciendo, construye tu propio mundo y vive bajo tus propias reglas. Solo te debes lealtad a ti misma, y así debe ser hasta tus últimos días. 



Casi al final del libro, también aprendemos que la locura es contagiosa. Pero de la mejor manera. Si vives para ti, finalmente inspirarás a más personas a seguir tu camino. Escribirlo y racionalizarlo puede hacer que parezca un libro de autoayuda, pero la autora no soy yo. Esa fue tarea de Elena Poniatowska y sus hojas hablan por sí solas.


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